Hoy hemos compartido una magnifica mañana con los compañeros de Hippocampus en la Laguna de Jeli, localizada en Chiclana de la Frontera. Catalogada como reserva natural, pertenece al Complejo Endorréico de Chiclana. Es la más grande de las dos y se sitúa en campiña.
Tras dejar los coches a unos 15 minutos de la laguna, ya que el camino estaba impracticable por las lluvias de estos días, iniciamos la caminata amenizada por el barro. Y es que nos hemos puesto de barro casi hasta las orejas.
Foto 1. Camino y laguna de Jeli al fondo.
Una vez en la laguna, desenfundamos los prismáticos, los telescopios, abrimos las guías de aves y preparamos los cuadernos de campo para anotar todas las especies que nos disponíamos a ver.
Foto 2. María Sánchez y Luis echando un vistazo.
Las primeras especies identificadas fueron las fochas y las gaviotas, ya que había numerosos ejemplares. A éstas, se sumaron varias anátidas y 2 flamencos. En la otra orilla, mimetizada con la vegetación, vimos garzas reales, las cuales pueden pasar inadvertidas si no disfrutamos del momento y no le dedicamos el tiempo suficiente a la observación. De repente, algo nos llama la atención, un ave pequeña que se zambulle y al rato vuelve a salir, un zampullin. Y al tratar de identificar que tipo era, dimos con una de las observaciones reina, con una joya, la malvasía cabeciblanca.
Mientras unos compañeros miraban por el telescopio disfrutando de la malvasía, los que estábamos mirando con los prismáticos, de repente, vimos algo oscuro acercarse y organizar cierto revuelo entre las aves que estaban posadas. Cuando se acercó más, pudimos ver que se trataba de un milano negro, que nos deleitó con un vuelo acompasado y grácil. Ya están empezando a llegar desde África. Y al intentar enfocar al milano con el telescopio, dimos con otro premio gordo, una avefría. Nos quedamos bastante rato contemplándola, su postura, sus colores tan vívidos. Una maravilla. Una compañera se quejaban porque no le veía el penacho de la cabeza. Pareciera que la escucharon porque a los pocos minutos llegó otra que se puso en plan "pose", satisfaciendo así los deseos de nuestra compi.
Y cuando creiamos que lo teníamos todo visto, entre la vegetación de la otra orilla dimos con un tercer regalo, un grupo de 9 ánsares comunes. La verdad es que nunca los había avistado por esta zona y fue una delicia poder contemplarlos. Nos quedo la duda de si entre los ánsares había un ganso jugando al despiste, ya que uno de los individuos era totalmente blanco y tenía un bulto en la cabeza.
Foto 3. Ánsares comunes.
En el camino de vuelta, localizamos los restos de un ave, que bien podrían ser los restos de una cigüeñuela.
Foto 4. Restos de un aves, quizás de una cigüeñuela
La verdad es que fue un día espléndido, rodeado de amigos y compañeros y con un sol estupendo ¿Qué mas se puede pedir?
Os dejamos la lista con las especies observadas.
