La Consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, visitó el pasado 1 de febrero las Salinas de San José, en el Puerto de Santa María (Cádiz), tras la restauración ambiental que se ha llevado a cabo en este espacio con el sellado de una escombrera.
Con esta iniciativa de rehabilitación de zonas degradadas, se recuperan los valores paisajísticos y naturales de este espacio, en el que se han plantado 82.000 ejemplares de flora.
Con esta iniciativa de rehabilitación de zonas degradadas, se recuperan los valores paisajísticos y naturales de este espacio, en el que se han plantado 82.000 ejemplares de flora.
Los trabajos de recuperación de estas salinas se han desarrollado a lo largo de una franja de dos kilómetros al norte del río Guadalete, en una superficie de 69,4 hectáreas, y en una zona de servidumbre de protección de aguas litorales, muy cerca del Parque natural Bahía de Cádiz.
En un principio, las salinas habían sido utilizadas para el depósito controlado de residuos, sobre todo aquellos procedentes de obras y demoliciones, pero sin tratamiento posterior. Más tarde, a estos residuos se les sumarían otros de carácter industrial, especialmente de origen orgánico (hidrocarburos), mucho más contaminantes para el entorno, y que eran depositados en la zona sin autorización.
Ante esta situación, la administración ambiental y el ayuntamiento portuense, firmaron un convenio tras el cual en el 2003 comenzarían las obras de recuperación de la zona, con una inversión de 5,10 millones de euros. Gracias a este proyecto se han retirado y tratado los materiales contaminantes depositados en el lugar, extraídos de manera mecánica, así como del resto de residuos que fueron retirados de manera manual para su posterior reciclaje.
Una vez eliminados todos los residuos se inició la cobertura de la zona para su posterior revegetación, con la aportación del compost necesario para las plantaciones. En total, se han plantado 82.000 ejemplares de flora entre retamas (29.000), acebuches (2.000), pinos (10.000), tarajes (5.000), romeros y lentiscos (7.000), olmos (100) y algarrobos (400) entre otros.
Con el sellado de la escombrera y la regeneración paisajística de este espacio se ha logrado recuperar la zona para uso y disfrute ciudadano. Entre otros equipamientos, este espacio natural cuenta con un mirador elevado, caminos peatonales y plataformas, áreas recreativas, mobiliario, señales, alumbrado y pasarelas de madera para el cruce de canales.
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