O al menos, eso es lo que apuntan los investigadores que han analizado tanto el ADN núclear y mitoconcrial de 15 delfines acróbatas de hocico corto (Stenella longirostris) y de delfín listado (Stenella coeruleoalba).
Este descubrimiento, publicado en la revista PLos ONE, dirigida por la bióloga marina Ana Amaral (Universidad portuguesa de Lisbosa), indica que mientras que el ADN nuclear de los delfines clymenes se asemejan más a los delfines acróbatas, el ADN mitocondrial (transmitido únicamente por la madre) era más parecido al listado.
El delfín clymene (Stenella clymene) es una especie endémica de las áreas tropicales y subtropicales del Océano Atlántico, incluidos el mar Caribe y el golfo de México donde se encuentra el mayor número de ejemplares (Wikipedia).
Hasta hace poco, los científicos pensaban que la especiación híbrida era rara en los mamíferos, con mejor capacidad de producir híbridos fértiles sanos, pero parece ser que los cetáceos, sobre todo ballenas y delfines, podrían tener una mayor facilidad en producir individuos de este tipo, debido a la semejanza en el número de cromosomas de las especies.
Esta noticia no hace más que contribuir al cambio de paradigma del papel de la hibridación en la evolución animal y diversidad, siendo los delfines un grupo que puede revelarnos mucho, por lo que su conservación toma una nueva dimensión y debe ser prioritaria.
Fuente: National Geographic.
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